Publicado en: mar, Sep 23rd, 2014

Senadores discuten reformas a la Constitución de la capital del país. Las delegaciones se convertirían en alcaldías

angel-de-la-independencia-dfEsta semana, el Senado discutirá el proyecto de cambio a la Constitución más importante en la vida de la capital mexicana desde 1997, cuando sus habitantes pudieron elegir en votación abierta a sus primeros gobernantes, quienes ofrecerían nuevas reglas de autonomía.

El senador perredista Mario Delgado, uno de los impulsores del proyecto, indicó que la negociación con los otros partidos se encuentra en un estado avanzado en la sustitución de las 16 delegaciones políticas actuales por alcaldías.

Con este cambio, las futuras alcaldías tendrían “mucho mayor transparencia” para que los ciudadanos puedan vigilar el destino de los recursos públicos, qué tipo de obras se proyectan, y la atención a las demandas de las colonias y barrios.

El proyecto hasta ahora indica que el nuevo nombre de la capital mexicana será Ciudad de México, y ya no Distrito Federal. No será un estado como las otras 31 entidades del país, sino que mantiene “ciertas características especiales por ser la capital de la República”.

Los senadores discuten que estos cambios se apliquen hasta 2018, pues en las elecciones de 2015 los habitantes del Distrito Federal elegirían una Asamblea Legislativa, como se renueva cada tres años desde 1997, pero además una Asamblea Constituyente que redacte una Constitución propia.

“Abrimos la posibilidad de que ciudadanos sean electos directamente para que formen parte de este Congreso Constituyente que va a ser histórico para la Ciudad de México”, explicó Delgado, aunque aún no existe un consenso de cuántos representantes podría tener la Asamblea Constituyente.

Con una Constitución y un Congreso local (ya no Asamblea), la Ciudad de México podría participar en las reformas constitucionales federales. Hasta ahora, los legisladores del Distrito Federal no tienen voto en las modificaciones a la Constitución, como sí los otros 31 estados.

La idea de la reforma al Distrito Federal es que el presidente aún tenga facultades en algunos aspectos, como la remoción del jefe de la policía “solo en caso de que se ponga en riesgo el desempeño y funcionamiento de los poderes federales”, señaló Delgado.


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