La casa más antigua de la Ciudad de México
No cabe duda que en la Ciudad de México se guardan vestigios de historia, y en esta ocasión toca a la casa más antigua de la ciudad.
En la zona de la Merced, con el número 25 de la calle de Manzanares, se encuentra una casa abandonada mostrando su enorme puerta de madera en la que se observa, como recuerdo de un puesto de refrescos, un destapador de metal.
En las paredes se pueden ver carteles pegados que anuncian la lucha libre junto con un letrero donde se solicitan mujeres para comida.
Dentro del inmueble no hay nada que indique la historia de esa casa. Pero es la única en toda la Ciudad de México, que queda en pie desde el siglo XVI.
A dos calles aledañas a este lugar hay un corredor de negocios con artículos de belleza y a media calle, pequeñas cervecerías que tienen de adorno en la esquina a las sexoservidoras que esperan a sus clientes.
A poca distancia se levanta la Capilla del Señor de la Humildad, mandada a construir por Hernán Cortés en la que no caben más de 20 personas sentadas.
En el recorrido se puede ver que enfrente, hay un local donde venden juguetes tradicionales, en la que se puede escuchar a la dueña «Sí, ésta es la casa más antigua de la ciudad”.
Conversando con la señora, comenta que dicha casa antes era una vecindad, pero ahora ya no vive nadie, y sólo cuando abren la gran puerta de madera , se observan las yerbas y ramas por todos lados.
Algunas versiones dicen que ésta no es la casa más antigua de la ciudad, sino que ese honor le pertenece a un inmueble de San Ángel, pero el Fideicomiso del Centro Histórico la avala como tal.
Por algunos huecos en las paredes se alcanza a ver parte de la construcción: nos maravillan los vestigios de la casa hecha de tezontle y ladrillo, única sobreviviente de las inundaciones que azotaron durante años a la Ciudad de México.
Por último en su construcción tiene un patio central, combinando la arquitectura colonial y parte indígena. Las piedras utilizadas en los muros, provienen de las mismas pirámides y viviendas indígenas que los españoles derrumbaron.
Pese a todo, Manzanares 25 resiste como la casa más antigua, construida pocos años después de que los españoles llegaran a nuestro continente.
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