Es necesario desindexar el salario mínimo
La discusión sobre el salario mínimo a la que convocó el Jefe del Gobierno del Distrito Federal, y que se ha concretado en un amplio seminario realizado estos días, es más que pertinente.
Es casi increíble, pero entre 1977 y la actualidad, el poder adquisitivo del salario mínimo en México ha caído casi 70 por ciento. Es decir, para recuperar el nivel que tenía entonces, se requeriría que se multiplicara por 3.3 veces. Evidentemente sería una insensatez incrementarlo en esa proporción de golpe.
Una de las frases más frecuentes que hemos escuchado en las semanas previas, al darse este debate, es que el salario mínimo no se aumenta por decreto. Cierto y no. Si pensamos en la pretensión echeverrista de que el Estado tiene el poder de mejorar el poder de compra por su omnipotente voluntad, hay toda la razón.
Pero hay una Resolución, que se publica en el Diario Oficial en diciembre de cada año, que fija el salario mínimo para el siguiente. Es decir, su incremento es un acto jurídico y no producto del mercado. Por eso es que ha caído como ha caído.
Es claro que antes de pensar en un cambio relevante en la fijación del salario mínimo se debe proceder a la «desindexación» del salario, es decir, a la eliminación de éste como unidad de cuenta, lo que implica la modificación de decenas de leyes y de centenas de reglamentos de lo más diverso.
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