Publicado en: vie, Sep 26th, 2014

Enrique Peña Nieto y José Antonio Meade insertan a México en misiones humanitarias de la ONU

epn_onuCarlos Mota comenta que es altamente probable que a muchos de los más recalcitrantes defensores del estilo mexicano de ‘no intervención’ en materia de política exterior, les haya caído como balde de agua fría el anuncio que ayer hizo el presidente Enrique Peña Nieto en el marco de su visita a la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York: la inserción novísima de México en las misiones de ayuda humanitaria dentro de las Operaciones de Mantenimiento de la Paz (OMP) de ese organismo.

En su columna publicada por el diario el Financiero, Carlos Mota recuerda que muchos miembros del Servicio Exterior Mexicano defendían a ultranza estos y otros principios tradicionales de la política exterior de nuestro país, como la Doctrina Estrada, establecida en el otoño de 1930 para acentuar la peculiar pretensión de no pronunciarse para reconocer a gobiernos de otros Estados nacionales, cuando esos gobiernos hubieran surgido de mecanismos de acceso al poder distintos a los que prevén sus constituciones. Esa doctrina se malinterpretó y fue utilizada a placer para aislar a México del mundo.

Pero Enrique Peña Nieto y el canciller Meade actúan ahora en algo así como en modo innovador, dice Carlos Mota. Para bien y para hacer más acorde el paso de México en la integración global. Imaginemos titulares periodísticos inéditos pero posibles dentro de unos meses o pocos años: “México envía 700 efectivos a la zona de conflicto en Irak para apoyar a la población civil desplazada”; “Brigada de 200 mexicanos parte a Venezuela tras derrocamiento de Maduro –venezolanos claman por ayuda internacional en medio de la turbulencia”; “México comparte metodología de Plan DNIII a países de la Alianza del Pacífico”, y así… ¿Llegamos tarde a la era de las responsabilidades del Estado mexicano en el escenario internacional? Sin duda. Hace siete años algún embajador británico me lo dijo: México podía y debía ser más activo. 

Esa lentitud no se correspondía con la integración económica lograda, señala Mota, sobre todo después de tener acuerdos de libre comercio vigentes con más de 40 países. Y ahora, con el foco del mundo sobre México por la transformación estructural y por el liderazgo mostrado en las negociaciones de la Alianza del Pacífico, el anuncio de Enrique Peña Nietoes un bálsamo para quienes anhelábamos que este país fuera un actor más completo dentro de los problemas comunes del planeta.

Al frente de esta inesperada modificación de la política exterior mexicana hay un personaje central: el canciller José Antonio Meade, quien con este anuncio tendrá materia de sobra para ejercitar su muy experimentado oficio didáctico. ¿Sus alumnos? Los reminiscentes defensores del México que gustaba de vivir con una política internacional que nos hacía ver satelitales. Pero no hay duda de que los convencerá. Ninguna duda.


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