El papa confesó haber hurtado cruz a sacerdote muerto
En audiencia con párrocos de Roma, el papa Francisco confesó el robo de un crucifijo a un sacerdote y amigo suyo ya muerto, desde el ataúd donde yacía su cuerpo.
Es el crucifijo que desde entonces lleva consigo el papa, quien dijo que es muy importante la misericordia entre los sacerdotes.
El papa explicó que en la época donde realizó el robo a su amigo sacerdote, él era vicario general. Al enterarse de la muerte de su amigo y llegar a la capilla donde era velado, se sorprendió al ver que sólo dos viejitas estaban ahí, pero ninguna flor. Por ellos salió de la capilla hacia la florería más cercana a comprar rosas a su amigo.
Al preparar el féretro, vio que su amigo tenía en las manos un rosario, cosa que le hizo despertar al ladrón que lleva dentro, con lo que arrancó la cruz del rosario del sacerdote, cometiendo así un robo, aunque fue para realizar una plegaria, según Francisco.
Desde entonces, el papa porta esa cruz con él; incluso mandó a coser una bolsita interna en su sotana, a la altura del pecho, donde guarda la reliquia.
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