Publicado en: mar, Mar 24th, 2020

¿Cómo saber si necesitas lentes graduadas?

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Dolores de cabeza después de leer o ver televisión, mareos o fatiga después de enfocar la vista en una pantalla o mayor sensibilidad a la luz y la oscuridad, pueden ser señales de que necesitas lentes graduadas.

Es posible que en estos momentos requieras de lentes graduados, sin embargo, muchos problemas y malestares que se presentan en la rutina diaria pasan desapercibidos, cuando en realidad son un síntoma claro de que necesitas acudir a un oftalmólogo.

Los problemas más comunes que indican la necesidad de lentes

Conforme pasan los años, es bastante probable que adquieras un cierto grado de dificultad para hacer cosas con los ojos, porque la visión se cansa, se tensa y en ocasiones es la víctima de un padecimiento de salud mayor, y más grave.

Entre los problemas que pueden aparecer se encuentran los siguientes:

  • Hipermetropía: es un problema ocular que puedes detectar si tienes dificultad para ver objetos cercanos. Si te cuesta leer un libro sin sostenerlo con el brazo extendido o al ver la pantalla del ordenador sin retroceder la cabeza para poder enfocar, es posible que tengas indicios de esta patología.
  • Miopía: la miopía es una enfermedad ocular asociada a factores genéticos, y casi nunca a malos hábitos, sin embargo, puede aparecer. Una persona con miopía tendrá dificultad para enfocar objetos lejanos, por ejemplo, mirar la pizarra de la clase desde la última fila, viendo únicamente formas borrosas.
  • Astigmatismo: el astigmatismo podría ser, a modo de resumen, la combinación de los padecimientos de la miopía y de la hipermetropía. Es así, porque una persona con astigmatismo tendrá visión borrosa cada vez que intente enfocar la vista en algo. Es un padecimiento común, ya que puede manifestarse de forma ocasional, antes de agravarse y convertirse en un malestar generalizado de tu salud visual.
  • Presbicia: es un derivado de la hipermetropía que se asocia con la pérdida de elasticidad de los músculos de la zona ocular. Se asocia a actividades recreativas o lúdicas que requieren de fijar la mirada, como leer, escribir, dibujar, coser, pintar, y su principal padecimiento es la falta de concentración. Por eso, una persona con presbicia no tendrá problemas para realizar ciertas actividades, pero le será más difícil mantener la concentración, porque la mirada se agota y ya no puede seguir fijándose en la actividad.

Son casos totalmente diferentes. No obstante, tienen en común el hecho de que pueden resolverse con el uso de gafas graduadas. Por eso, si tienes algún malestar asociado a tales patologías, lo mejor es coger una cita con un oftalmólogo, ya que son problemas que pueden corregirse fácilmente antes de que deriven en una enfermedad mayor.

La sensibilidad a la luz de las pantallas

La luz es un indicador de que necesitas lentes graduadas. El ojo humano tiene sensibilidad a la luz, pero la mayoría de las veces es una situación tolerable, que se resuelve sin contratiempos.

Muchas personas, sin embargo, tienen una sensibilidad muy alta a la luz, que se puede expresar de muchas formas:

  • Tensión ocular o necesidad de encoger los ojos cuando entras en una habitación con luz blanca, cuando sales a la calle en pleno sol, o cuando ves una pantalla de móvil o de televisor.
  • Dolor de cabeza y tensión ocular instantánea cuando pasas de un sitio oscuro a uno con luz.

La sensibilidad a la luz está asociada con problemas como la uveítis, que también se corrige, oftalmólogo mediante, con la adaptación de gafas graduadas.

Realiza una prueba casera para saber si tienes un problema de visión

Si no te es posible contactar con un oftalmólogo, pero quieres salir de dudas, puedes descargar e imprimir una prueba casera para la vista. Es la prueba, en una hoja, donde las letras van haciéndose más pequeñas conforme lees hacia abajo.

La prueba se lee a una distancia de 3 metros, con suficiente luz, y una persona sana adulta no debería tener problemas para leer hasta la última línea.

La finalidad de estas pruebas no está únicamente en lograr leer hasta el final, sino en recabar las sensaciones:

  • ¿Has tenido que hacer mucho esfuerzo para enfocar?
  • ¿Sentiste mareos, dispersión o dolor de cabeza?

Cualquiera de esos síntomas puede ser indicativo de que necesitas gafas graduadas para corregir algún problema de visión.


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